No es fácil de lograr a veces, ya no tengo en mi caso la misma condición física que hace seis años pero me atreví a regresar y quiero compartirte como sobrevivo en este ambiente y ante nuevos retos.

Prepárate para adaptarte, dependerá del tipo de gimnasio al que vayas. Muchas veces elegimos opciones que se ajustan a nuestros horarios y zonas cercanas de trabajo, casa o compromisos diarios. Si no conoces el sistema, los nuevos aparatos o rutinas que acostumbran puede costar trabajo pero no es imposible, acepta nuevos retos y da el primer paso a tus metas.

Respira antes y durante el ejercicio, recuerda estirar también. Que no te pase lo que a mí cada cambio de rutina, prepárate par el dolor mientras el cuerpo se acostumbra y aliméntate bien. Yo salgo con un hambre atroz pero hay que cuidar no comer desesperadamente lo primero que se cruza en nuestro camino. Antes de entrenar según tu organismo recuerda alimentarte, las mamás estamos acostumbradas a mal pasarnos y eso puede provocar problemas e incluso desmayos.

Olvídate del qué dirán y ve a lo tuyo, ocúpate de tu cuerpo y tus rutinas, puede dar miedo al principio llegar a un lugar donde no conoces a nadie y la mayoría tiene unos cuerpos muy trabajados o son más jóvenes que tú es algo incomodo a veces pero es peor no hacer nada para cuidarte y ahora estás por dar el primer paso a una vida muy diferente, enumera tus motivos y procura verlos diariamente para no rendirte.

Acepta la ayuda, estamos muy acostumbradas a resolver todo y ser más activas a la hora de actuar en casa. A veces puede ser desesperante no saber cómo funcionan los nuevos aparatos pero en la mayoría de los gimnasios hay personal que está dispuesto a ayudarte. ¡Aprovecha esta ayuda!

Lleva ropa cómoda, la que te haga sentir mejor y más libre para ejercitarte. Todos nos preocupamos por cómo nos vemos nosotros mismos y no el que hace abdominales al lado. Si prefieres el algodón o los colores claros, lleva eso que te haga sentir a gusto. La mayoría de la ropa deportiva es ajustada y cuando pasas años sin ir a ejercitarte puede ser incómodo usarla y se vale ir en camisetas más holgadas y él leggin que más te acomode según tu estilo, la regla en este caso sería: si tú te sientes cómoda ¡úsala!

Valora el costo beneficio y atrévete a dar el primer paso, la inscripción, mensualidad o pagos anuales son importantes de valorar comparando las instalaciones, revisa tus opciones y decide lo mejor para tu bolsillo según las ventajas que te aporte, no te rindas ante este cambio y persevera pues tu cuerpo lo agradecerá a futuro.

Tu puedes!
Y recuerda #AdoptaUnaToalla

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