¿Te ha pasado que frente a un accidente de tus hijos sientes que el corazón se te oprime y solo puedes pensar en las mil maneras de haber evitado el accidente? A mí me ha pasado algo así recientemente. Mi hijo pequeño se cayó y se accidentó, pero me pasó que después de llevarlo a urgencias y que lo atendieran, ya en casa con los cuidados necesarios, me atacó ese monstruo llamado culpa. Es un sentimiento muy común entre las mamás, pensamos que si quizá con más atención de nuestra parte, con unos centímetros más cerca de ellos o si tan solo hubiéramos llegado antesQuiero saber más